Ayer tenía una comida en la zona del atentado que, afortunadamente, se había cancelado. Ni puedo ni quiero pensar en qué hubiese sucedido si ayer por la tarde yo hubiera estado ahí, a esa hora, frente a la camioneta. Solo siento el dolor por las personas que ya no están y el vacío que dejan en la vida de otros. De camino a casa conducía y lloraba, y oía las notificaciones del whatsapp: no podía leerlas, pero sabía que eran mis amigos preocupados por mí.

La zona del atentado es mi zona, donde nací, crecí y viví durante muchos años. Y la condena de no poder despedirte de quien parte sin avisar es algo difícil de gestionar. Historias rotas de almas rotas. No puedo imaginar cómo se vivirá en los países donde los atentados se dan a diario, donde confluyen radicales, insurrectos, guerrillas y todo el conjunto de luchas que suponen los pequeños focos que atentan contra la población civil para reivindicar sus objetivos. Creo que para ellos la vida no tiene valor. No imagino cómo concibe el mundo un niño que a diario vive la muerte o la mutilación de familiares, amigos y conocidos, y tampoco si es posible acostumbrarse a la cotidianidad de los atentados. Tampoco cómo les explicas a tus hijos, que han nacido en esa realidad, que otra vida es posible; aunque tal vez, tú tampoco la conozcas.

Tengo una amiga que decidió irse a vivir muy cerca de la frontera entre Turquía y Siria para ayudar a los refugiados kurdos: la admiro. Porque la gente es gente, personas que aman y ríen y lloran, como nosotros.¿Qué te enseñan para que te convenzas de que puedes decidir sobre la vida de otros porque no vale nada?

Doy las gracias al conjunto de las Fuerzas de Seguridad del Estado por protegernos, porque velan por nosotros diariamente aunque no les veamos, y porque gracias a ellos no sufrimos más atentados. También a los desplegados en zona colaborando en la lucha contra el terrorismo, a miles de kilómetros de aquí, y a sus parejas y familiares porque gracias a ellos pueden realizar su labor. Y hoy, especialmente, als Mossos d’Esquadra por la actuación de ayer, junto a la Guardia Urbana y a los servicios médicos de emergencia. 


Mi más sentido pésame para las víctimas de Barcelona y de cualquier atentado, a sus familias y allegados, y la pronta recuperación para todos.

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