Cuánta emoción y felicidad sentí ayer en la Noche de Libros y Flores. Un Sant Jordi en diferido, como dijeron algunos, pero igualmente especial y emocionante, sobre todo por los reencuentros después de tantos meses sin vernos.

Estuve en la parada de autores locales de Igualada, la ciudad donde resido en la actualidad, y disfruté de las charlas y risas con los amigos y compañeros de Narranación, Zirkus, Corín Tellado Revisited, Rafa Moya y otros autores locales, por el ambiente, el compañerismo, la amistad.

Todo me ilusionó, pero recibir la visita de varios de mis alumnos del curso virtual de escritura que he impartido durante los últimos meses, eso fue espectacular. Gracias, Raquel, Frank y Rosa por el regalo de venir a verme, por la curiosidad de conocerme en persona y por esa maravillosa sensación de cercanía. ¡Sois increíbles! Y si a todo esto le añades algunos encuentros inesperados, la visita de tu amiga y colega Elena Tan, con quien compartimos un proyecto de cuenta cuentos y musicoterapia, y, además, sales en un dibujo a vuelapluma del gran Gerard Freixes, me quedo sin palabras por la felicidad.

Gracias a todos por esta celebración tan especial.

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