Se acerca el solsticio. Es tiempo de reflexión. De esperar. Respirar. De cerrar los ojos y comprender. De escuchar. No existe el tiempo, el espacio. No hay prisa. Cada día un principio y cada noche un final, morir para volver a empezar y tejer el camino que deseamos andar. El hoy se convertirá en ayer. Cierro los ojos y espero. Escucho.

A veces vivimos confusos entre lo que deseamos y lo que tenemos porque nos olvidamos de quiénes somos, de por qué estamos aquí, de lo que hemos venido a aprender. Me siento y espero. Escucho. Necesito silencio, soledad. Escribir. No existe el tiempo, el espacio. Solo el aquí y ahora, y un abrazo de amor en forma de luz, mi luz.

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