Muchas gracias a todos por el gran día de ayer, lectores, seguidores, amigos y compañeros. Gracias por los momentos compartidos y por los que estén por llegar.
Por la mañana estuve en la editorial, Pagès Editors (Lleida), en un acto sencillo y emotivo donde me encontré con mis colegas de profesión, gente estupenda con quien compartir la emoción de la escritura y de quien aprender, siempre. Después, en Igualada, estuve en Llegim…? Llibreria para la firma de ejemplares de Blanca y Elisa. Y ya de tarde, fui a Martorelles de la mano de la Biblioteca Montserrat Roig, donde también dediqué algún ejemplar, conocí a alguna autora local y realizamos juntas una pequeña lectura de nuestra obra.
Fue un día espectacular lleno de vida y emoción. Os dejo una pequeña galería para que veáis cómo fue todo.
Me gustaría enseñaros algunas fotos de mi último viaje a Maidstone y Brighton, dos de los lugares en los que me inspiré para Blanca y Elisa. Porque siempre nos gusta, cuando leemos una novela, reconocer los lugares que aparecen en ella.
Para quienes la hayáis leído, sabréis que en Maidstone suceden cosas importantes, lo primero es que durante el siglo XIX vivieron Margaret y Elisa Parrington. Como por aquel entonces se viajaba en coche de caballos o en tren, me decidí por el tren (será que en carroza hubiese sido difícil). Si os fijáis en la foto 1, veréis la bonita bienvenida que nos da la estación: tiene una reproducción de un mapa del siglo XIX con los principales puntos de interés que hay en la zona. En la foto aparezco yo pero podría ser Blanca investigando la vida de Elisa. Y cómo no, lo primero que hice fue encaminarme hacia All Saint Church, la iglesia donde bautizaron a Elisa.
En la foto 2 me veis por el sendero que rodea la iglesia. La verdad es que me produjo una sensación extraña porque, de repente, me vi paseando entre tumbas por el camino que serpentea hasta la iglesia. Ya habréis imaginado que cualquiera de esas lápidas podría ser la de Margaret o la de Elisa. En la foto 3 podéis ver la torre del campanario con su reloj azul. ¿Os acordáis que en la novela, durante la noche de tormenta del 16 de marzo de 1859, esta torre sufre daños al caerle un rayo?
All Saint también es importante porque, en la rectoría, Blanca encuentra varios documentos como partidas de nacimiento y defunción, y una sentencia de divorcio fechada en 1853, algo que la sorprende muchísimo pero que la ayuda a continuar sus investigaciones. Por desgracia, no encontré a Sor Agnes ni a Su Ilustrísima comiendo suspiros a la crema de orujo, pero en la iglesia (foto 4) me llevé una grata sorpresa porque había una coral femenina ensayando para el concierto de esa misma noche, voz y campanas, impresionante (quizás estuviera cantando sor Dorothea…). Después, paseé por los alrededores durante un rato y encontré la casa que podría haber sido la de Sir Albert Curthley, ¿os gusta? (foto 5). Finalmente, como seguía los pasos de Blanca, visité el castillo de Leeds, que es impresionante y está a las afueras de Maidstone (fotos 6-7).
Como curiosidad, contaros que también visité Rochester, que no aparece en Blanca y Elisa pero que está muy cerquita. Os lo quería explicar porque Rochester forma parte de la ruta literaria de Charles Dickens, ya que allí se inspiró y escribió varias de sus novelas (foto 8). Y en Navidad, se celebra un festival en su honor con multitud de representaciones de sus obras. Además, tienen un castillo precioso (foto 9). Después, me encaminé hacia Strood (foto 10).
Más tarde viajé hasta Brighton. Me alojé en el Hilton Brighton Metropole y quedé enamorada. Su interior me recordó al Bedford Royal Hotel, y aunque en mi habitación no había una cama con dosel, era todo era lujo y elegancia (fotos 11-12-13).
Para el paseo marítimo de Southampton, desde donde Elisa y su padre parten hacia Funchal en otoño de 1851, me inspiré en Brighton. Estos paseos a lo largo del muelle eran uno de los pasatiempos favoritos de la época (fotos 14-15-16); el de Southampton fue inaugurado por la duquesa de Kent y la princesa Victoria en julio de 1833. Normalmente, iban los pasajeros de los transbordadores y de los barcos de paseo, y seguro que Elisa y el señor Parrington disfrutaron allí antes de su travesía.
Y, desde Brighton, directo al aeropuerto de Gatwick, en Londres. Busqué a Blanca pero no la vi, quizás fue otro día cuando viajó hacia Altaussen, Austria, para continuar con sus investigaciones. Pero para mí ya era el final del viaje.
El próximo 23 de abril, diada de Sant Jordi, podréis encontrarme de 18.30 a 19.30 h en la parada que la Biblioteca Montserrat Roig tendrá en l’Avinguda d’en Piera de Martorelles. ¡Os esperamos!
El próximo 23 de abril, diada de Sant Jordi, podréis encontrarme de 13.00 a 14.00 h en la parada que Llegim…? Llibreria tindrá en la Plaça de Cal Font. ¡Os esperamos!
Qué gran acogida el pasado viernes 29 de marzo en del club de lectura de la Biblioteca Montserrat Roig de Martorelles. La presentación y charla se enmarcó dentro de las actividades Lletres i Vins 2019 (‘Letras y Vinos’), un proyecto que acerca la cultura del vino a las bibliotecas. Y no es de extrañar, porque la trama de Blanca y Elisa comienza a raíz de la muerte de tía Elvira, una abuela centenaria propietaria de Vinícolas Bradley, en Madeira.
Comencé la velada con una presentación en Power Point con fotografías de los lugares donde me inspiré para la novela, que tiene algo de bitácora de viaje. Contextualicé el relato y les mostré la iglesia de All Saint Church con sus alrededores y el castillo de Leeds (en Maidstone), la abadía de Souillac (Francia), Ordino y su Pleta (en Andorra), lugares llenos de encanto pero poco conocidos. Además, les mostré algunos de los sitios concretos de Londres, Funchal, París y Austria que aparecen en Blanca y Elisa.
Y desde ahí mantuvimos una amena charla comentando los diferentes aspectos del libro que les llamó la atención durante su lectura. Además, hubo un intenso debate sobre si Blanca evoluciona o no durante la novela. La cuestión se centró en el hecho de que, al divorciarse, vive de una generosa pensión y su siguiente pareja es, como su ex marido, un hombre rico. Esto generó algún recelo, pero mi punto de vista es que Blanca sí evoluciona porque es ella quien decide divorciarse y aprender a vivir por sí misma gracias a su trabajo, consciente de que su nivel de vida bajará. Y esto es independiente de si al final consigue o no una buena pensión, algo que, a priori, no podía saber. Es decir: Blanca no deja a su marido cuando encuentra a otro que le asegure que continuará con su nivel de vida, sino cuando descubre que su vida acomodaticia y emocionalmente vacía no la hace feliz. Porque a veces, uno no sabe qué es la felicidad y vive como cree que deben ser las cosas, hasta que descubre que algo o todo puede ser diferente.
Otro aspecto importante del que se habló fue el de la auto censura. Les expliqué cómo, en determinados momentos, me adapté al concepto general de moralidad para evitar sentirme juzgada y que, además, en algún momento elegí lo que creía que preferiría el lector. La reacción fue unánime diciendo que yo, como escritora, puedo hacer y decir con mi escritura lo que se me antoje y que nadie tiene por qué juzgarme, porque esos tiempos han pasado ya. ¡Cuánta razón!
Fue un placer conversar y compartir vuestras impresiones y reflexiones sobre Blanca y Elisa, y sobre la vida en general. Son momentos mágicos que me hacen feliz. Muchas gracias, Marcel, por la invitación, y a todos por esta deliciosa tarde.