Ha estat un plaer impartir el taller familiar «Creació de Contes» per a infants a partir de quatre anys, a la biblioteca Antoni Martín del Prat del Llobregat. Per començar, he proposat a les famílies crear una història a partir d’elements escollits a l’atzar, que eren un personatge, un lloc i una acció; amb aquests ingredients, havien de construir una història i pensar el final. Han sorgit algunes tan interessants com un rei que es feia amic d’un astronauta i marxava a l’espai per conèixer com es viu a altres planetes; la d’un explorador que escalava una muntanya i, quan arribava al cim, descobria que hi havia un tobogan gegant que baixava fins a un llac; o la d’un botiguer que viatjava a Egipte per trobar un tresor dins d’una piràmide.
Després, hem fet un clam per la pau creant un poema col·laboratiu per transmetre el nostre escalf als nens ucraïnesos que pateixen la guerra. El poema diu així:
Desitjo pels nens d’Ucraïna una casa per viure feliços,
Que hi hagi pau,
Que estiguin bé i s’acabi la guerra.
Que puguin anar al parc a jugar,
Que no els falti menjar ni aigua.
Gent d’Ucraïna, us estimem,
Desitgem que visqueu feliços i en pau.
Us ajudarem si ens necessiteu i resarem per vosaltres.
Descripció: A través de jocs coneixem diferents tècniques per a crear contes. Entre petits i grans elaborareu el vostre propi conte utilitzant la imaginació i la creativitat. Vine a endinsar-te en el món màgic de la fantasia per crear les teves històries.
Públic: Activitat per a infants a partir de 4 anys acompanyats d’un sol adult per infant.
Descripció: A través de jocs coneixem diferents tècniques per a crear contes. Entre petits i grans elaborareu el vostre propi conte utilitzant la imaginació i la creativitat. Vine a endinsar-te en el món màgic de la fantasia per crear les teves històries.
Públic: Activitat per a infants a partir de 4 anys acompanyats d’un sol adult per infant.
Había una vez dos pueblos: uno era el reinado de Blancanieves, el otro, el de la Bella Durmiente. Y estaban separados por un lago enorme donde vivía la Sirenita, pero también unos monstruos peligrosísimos. Este es un cuento diferente porque las princesas eran todas amigas.
Resulta que un día, la Sirenita escuchó que Maléfica estaba tramando un plan para matar a Blancanieves, que quería dejarla en el bosque o darle una manzana envenenada. Le tenía envidia porque era buena y guapa. Entonces, la Sirenita partió rápido hacia el castillo de Aurora, la Bella Durmiente, para explicárselo todo y, juntas, llamaron a Cenicienta y a Rapunzel. Las cuatro amigas pensaron en cómo podrían librarse de la madrastra Maléfica y se les ocurrió un plan: Cenicienta llamó a su mascota, que era el dragón de San Jorge, y juntas se fueron volando hasta el castillo de Blancanieves, porque atravesarlo en barco era muy peligroso por los monstruos. Cuando llegaron a casa de Blancanieves, Maléfica estaba a punto de obligarle a comer la manzana. Pero Rapunzel enrolló su enorme trenza alrededor de la madrastra y la inmovilizó, y la Sirenita le dio un coletazo tan fuerte en la mano que sujetaba la manzana, que se la hizo tragar de golpe.
Maléfica cayó en un profundo sueño y nadie quiso despertarla jamás, por mala. Hasta que un día, a alguien se le ocurrió ponerla al sol para que se deshiciera hasta desaparecer. No quedó nada de ella. Maléfica dejó de existir. Y las princesas continuaron siendo amigas y ayudándose unas a otras.
CUENTO DE BLANCANIEVES-BELLA DURMIENTE (equipo de adultos):
En la escuela de princesas, Blancanieves y la Bella Durmiente se hicieron amigas. Durante el verano de esta historia, Blancanieves vivía en casa de los enanitos e invitó a la bella Aurora a pasar juntas unos días.
A las dos amigas les encantaba jugar a los disfraces, y decidieron intercambiarse los vestidos. Blancanieves contemplaba a Aurora y, en el fondo, le tenía envidia. Y no porque el vestido le quedase mejor que a ella y porque fuese rubia y tuviese todos los encantos del mundo. Sino porque Aurora le había robado el novio en el instituto y, mientras ella había tenido que huir de casa por culpa de su madrastra, Aurora se divertía con su churri. Así, con los trajes intercambiados, fue cuando llegó una vieja con un cestito lleno de manzanas dulces. Blancanieves pensó en gastarle una broma a su amiga y le dijo: “Abre tú y cómete la manzana, dile que eres yo, la que vive con los siete enanitos. Cada semana hay quien viene a conocer a la pobre Blancanieves que tuvo que huir por culpa de su madrastra, y solo hacen que traerme regalos”. Así que Aurora cogió la manzana y la mordió. Y la madrastra se deshizo de felicidad creyendo que se había librado de su hijastra cuando la joven cayó dormida.
Y Blancanieves pudo librarse por fin de su madrastra, y también de la repipi y presumida Aurora, y de los enanos machistas, brutos y zafios que la tenían hasta la coronilla. Y ahora disfruta en un resort del Caribe, de la herencia de la Bella Durmiente y de una vida loca.
Y QUÉ PASO CON EL RESTO DE PERSONAJES…
Que el príncipe no llegó a tiempo de besar a la supuesta Blancanieves porque venía en tren, y ahí sigue esperando, en el andén.
Que la madrastra se quedó sin espejo cuando lo rompió en un ataque de ira, porque el espejo seguida diciendo que la más bella era Blancanieves. Pero estaba muerta, ¿no? O eso creía ella.
Que los enanos se quedaron sin criada y ahora se fastidian y tienen que limpiar, lavar y hacerse la comida ellos solos.
Y, mientras, la Bella Durmiente está abandonada en el bosque, en su cripta, cubierta de maleza y hierbas, esperando y esperando a que alguien la encuentre y la despierte.