Blanca y Elisa en Massalcoreig

Blanca y Elisa en Massalcoreig

El pequeño pueblo de Massalcoreig huele a pan recién horneado; así empezaba, hace años, una entrada que escribí tras una estancia de dos o tres días en aquel precioso lugar. Y es que mis lazos con Massalcoreig vienen de lejos. Allí vive Antònia, una gran amiga y persona; nos conocimos en la UNED, las dos estudiábamos filología española y, una vez al mes, nos encontrábamos en Cervera para las tutorías de literatura. Y toda esa cultura y literatura que nos dio la universidad, Antònia la ha llevado a su pueblo en forma de club de lectura. Pero es que Antònia, además, es la propietaria del supermercado y su familia es la que provee de pan y de dulces no solo al pueblo, sino también a los alrededores. Y es que la familia Ambrosio no solo los abastece de alimentos, de pan y de repostería a tantas familias; Antònia, además, abastece Massalcoreig de cultura, porque fue ella quien creó el club de lectura. Es una agitadora cultural, diríamos. Y hace unos días, estuve allí para la presentación de Blanca y Elisa; qué maravilla fue volver a ese pequeño lugar que huele a pan recién horneado, a frutales, a sonrisas y a la gente bonita que tan bien me acogió. Con qué ganas preguntaban, hablaban, participaban… Sin lugar a dudas, es un club de lectura de lo más animado y divertido, y eso lo da el pueblo con la gente que se conoce, que se ayuda, que convive… y con su directora, la gran Antònia. Y, además de todo esto, mi sorpresa fue máxima cuando recibí, de la mano de Roser, un retrato de mí pintado a acuarela. Solo tengo palabras de agradecimiento por esta gran experiencia. Y ya lo dije entonces y lo repito ahora: me fui como siempre, con ganas de volver.

Porque volver a Massalcoreig es como volver a casa. Gracias a l’Ajuntament de Massalcoreig, a l’Associació de dones y a todas las participantes por esta gran acogida. ¡Hasta pronto!

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Blanca y Elisa, Sant Jordi 2022

Blanca y Elisa, Sant Jordi 2022

Afortunadamente, el tiempo nos ha dado pequeñas treguas entre ventisca y tormenta para poder encontrarnos, vernos y abrazarnos. Gracias a todos los que me habéis acompañado durante este día, incluso desde la distancia.

Además, os dejo un regalo que Pagès Editors ha preparado para recordar este día, una galería de fotos con algunos de sus autores firmando ejemplares (¡también salgo yo!). Espero que os guste.

¡Feliz Sant Jordi!

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Blanca y Elisa: Noche de Libros y Letras 2020

Blanca y Elisa: Noche de Libros y Letras 2020

Cuánta emoción y felicidad sentí ayer en la Noche de Libros y Flores. Un Sant Jordi en diferido, como dijeron algunos, pero igualmente especial y emocionante, sobre todo por los reencuentros después de tantos meses sin vernos.

Estuve en la parada de autores locales de Igualada, la ciudad donde resido en la actualidad, y disfruté de las charlas y risas con los amigos y compañeros de Narranación, Zirkus, Corín Tellado Revisited, Rafa Moya y otros autores locales, por el ambiente, el compañerismo, la amistad.

Todo me ilusionó, pero recibir la visita de varios de mis alumnos del curso virtual de escritura que he impartido durante los últimos meses, eso fue espectacular. Gracias, Raquel, Frank y Rosa por el regalo de venir a verme, por la curiosidad de conocerme en persona y por esa maravillosa sensación de cercanía. ¡Sois increíbles! Y si a todo esto le añades algunos encuentros inesperados, la visita de tu amiga y colega Elena Tan, con quien compartimos un proyecto de cuenta cuentos y musicoterapia, y, además, sales en un dibujo a vuelapluma del gran Gerard Freixes, me quedo sin palabras por la felicidad.

Gracias a todos por esta celebración tan especial.

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Blanca y Elisa: Sant Jordi 2019

Blanca y Elisa: Sant Jordi 2019

Muchas gracias a todos por el gran día de ayer, lectores, seguidores, amigos y compañeros. Gracias por los momentos compartidos y por los que estén por llegar.

Por la mañana estuve en la editorial, Pagès Editors (Lleida), en un acto sencillo y emotivo donde me encontré con mis colegas de profesión, gente estupenda con quien compartir la emoción de la escritura y de quien aprender, siempre. Después, en Igualada, estuve en Llegim…? Llibreria para la firma de ejemplares de Blanca y Elisa. Y ya de tarde, fui a Martorelles de la mano de la Biblioteca Montserrat Roig, donde también dediqué algún ejemplar, conocí a alguna autora local y realizamos juntas una pequeña lectura de nuestra obra.

Fue un día espectacular lleno de vida y emoción. Os dejo una pequeña galería para que veáis cómo fue todo.

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Blanca y Elisa en Inglaterra

Blanca y Elisa en Inglaterra

Me gustaría enseñaros algunas fotos de mi último viaje a Maidstone y Brighton, dos de los lugares en los que me inspiré para Blanca y Elisa. Porque siempre nos gusta, cuando leemos una novela, reconocer los lugares que aparecen en ella.

Para quienes la hayáis leído, sabréis que en Maidstone suceden cosas importantes, lo primero es que durante el siglo XIX vivieron Margaret y Elisa Parrington. Como por aquel entonces se viajaba en coche de caballos o en tren, me decidí por el tren (será que en carroza hubiese sido difícil). Si os fijáis en la foto 1, veréis la bonita bienvenida que nos da la estación: tiene una reproducción de un mapa del siglo XIX con los principales puntos de interés que hay en la zona. En la foto aparezco yo pero podría ser Blanca investigando la vida de Elisa. Y cómo no, lo primero que hice fue encaminarme hacia All Saint Church, la iglesia donde bautizaron a Elisa.

En la foto 2 me veis por el sendero que rodea la iglesia. La verdad es que me produjo una sensación extraña porque, de repente, me vi paseando entre tumbas por el camino que serpentea hasta la iglesia. Ya habréis imaginado que cualquiera de esas lápidas podría ser la de Margaret o la de Elisa. En la foto 3 podéis ver la torre del campanario con su reloj azul. ¿Os acordáis que en la novela, durante la noche de tormenta del 16 de marzo de 1859, esta torre sufre daños al caerle un rayo?

All Saint también es importante porque, en la rectoría, Blanca encuentra varios documentos como partidas de nacimiento y defunción, y una sentencia de divorcio fechada en 1853, algo que la sorprende muchísimo pero que la ayuda a continuar sus investigaciones. Por desgracia, no encontré a Sor Agnes ni a Su Ilustrísima comiendo suspiros a la crema de orujo, pero en la iglesia (foto 4) me llevé una grata sorpresa porque había una coral femenina ensayando para el concierto de esa misma noche, voz y campanas, impresionante (quizás estuviera cantando sor Dorothea…). Después, paseé por los alrededores durante un rato y encontré la casa que podría haber sido la de Sir Albert Curthley, ¿os gusta? (foto 5). Finalmente, como seguía los pasos de Blanca, visité el castillo de Leeds, que es impresionante y está a las afueras de Maidstone (fotos 6-7).

Como curiosidad, contaros que también visité Rochester, que no aparece en Blanca y Elisa pero que está muy cerquita. Os lo quería explicar porque Rochester forma parte de la ruta literaria de Charles Dickens, ya que allí se inspiró y escribió varias de sus novelas (foto 8). Y en Navidad, se celebra un festival en su honor con multitud de representaciones de sus obras. Además, tienen un castillo precioso (foto 9). Después, me encaminé hacia Strood (foto 10).

Más tarde viajé hasta Brighton. Me alojé en el Hilton Brighton Metropole y quedé enamorada. Su interior me recordó al Bedford Royal Hotel, y aunque en mi habitación no había una cama con dosel, era todo era lujo y elegancia (fotos 11-12-13).

Para el paseo marítimo de Southampton, desde donde Elisa y su padre parten hacia Funchal en otoño de 1851, me inspiré en Brighton. Estos paseos a lo largo del muelle eran uno de los pasatiempos favoritos de la época (fotos 14-15-16); el de Southampton fue inaugurado por la duquesa de Kent y la princesa Victoria en julio de 1833. Normalmente, iban los pasajeros de los transbordadores y de los barcos de paseo, y seguro que Elisa y el señor Parrington disfrutaron allí antes de su travesía.

Y, desde Brighton, directo al aeropuerto de Gatwick, en Londres. Busqué a Blanca pero no la vi, quizás fue otro día cuando viajó hacia Altaussen, Austria, para continuar con sus investigaciones. Pero para mí ya era el final del viaje.

¡Cuántos días llenos de grandes momentos!

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